Están las cosas feas pero que muy feas en Colombia. Desde el miércoles pasado hay protestas en las calles por una ley que afecta a los impuestos y que al pueblo no le ha gustado nada. Pero lo peor es que la policía ha actuado de forma tan contundente que ya hay alrededor de 20 muertos, 87 desaparecidos y más de 800 heridos. Con los hashtags #SOSColombiaDDHH y #NosEstanMatando, numerosas organizaciones están denunciando lo que está ocurriendo en Colombia.
La Organización de Naciones Unidas y la Unión Europea, entre otros organismos, instituciones y organizaciones defensoras de los derechos humanos, han condenado la brutalidad con la que está actuando la policía, y aseguran que en Colombia no se están respetando para nada derechos y valores tan importantes como la libertad de reunión y de expresión, y el derecho a manifestarse que todo ciudadano debería tener en un país libre y democrático.
Todo comenzó porque el Gobierno pretendía aprobar una ley para recaudar más impuestos, que perjudicaba sobre todo a la clases medias y bajas, y el pueblo se echo a la calle para protestar. Al final la ley se ha retirado, pero la brutalidad con la que está actuando la policía ha llevado al país a una situación muy grave, de verdadero caos.
En realidad, todo empieza mucho antes de la aprobación de la ley. Porque los problemas de Colombia vienen de lejos. Es un país en el que, como ocurre en otros cuantos países de Latinoamérica, hay enormes desigualdades: que los ricos muy ricos y los pobres son muy pobres, para que nos entendamos.
Y eso, allí donde se produce, crea siempre un enorme descontento social. ¡Normal!
Pero es que además, el país está sufriendo de manera especialmente dura los estragos de la pandemia de la covid-19, y su economía ha sufrido enormemente en los últimos meses.
Lo que está absolutamente claro, se mire por donde se mire el complicado problema de Colombia, es que ningún Gobierno supuestamente democrático se puede permitir que unas protestas callejeras terminen, no ya con 20 muertos, ¡ni siquiera con uno!
Ello supone un rotundo fracaso de su sistema político y una absoluta falta de respeto por los derechos humanos. ¡Nuestra solidaridad con el pueblo de Colombia!