¿Estáis oyendo estos días a los políticos hablar mucho de “cordón sanitario” y estáis despistadillos? ¿Os pensáis que tiene que ver con el dichoso bichito de la covid-19? Pues no. Se trata de una expresión que se ha vuelto muy habitual en política y que se refiere a ponerse de acuerdo entre varios partidos y decir: vamos a dejar bien clarito antes de las elecciones que con tal partido, que es muy radical, no vamos a pactar ninguno para gobernar. Porque si lo hacemos luego nos vamos a ver obligados a hacer cosas con las que no estamos de acuerdo.
Cada vez es más habitual en España que, tras unas elecciones, ningún partido obtenga la mayoría absoluta. Es decir, que los resultados sean ajustados, que nadie gane “por goleada” y que ninguno saque los suficientes votos como para poder gobernar en solitario.
¿Qué tienen que hacer entonces para poder gobernar? Pues pactar con otro partidos. ¿Y con quién pactan? Pues lo normal es que lo hagan con algún partido que sea parecido, con el que compartan valores, ideología, propuestas…
Pero claro, sucede que el poder es muy goloso. Y que hay partidos que pueden estar dispuestos a pactar con quien sea con tal de gobernar. ¡Hasta con el diablo!
Un “cordón sanitario” puede ser bueno o no, dependerá de si realmente está justificado impedir un pacto y de si está claro que el partido que se pretende aislar es o no es “malo malísimo” de verdad.
La expresión viene del mundo sanitario, y se utiliza cuando se habla de crear una barrera para impedir la expansión de una enfermedad. De un virus, por ejemplo.
Luego ha pasado a utilizarse también en política para impedir el paso de otro tipo de virus: de ideologías, ideas o posturas políticas radicales que puedan ser peligrosas para el sistema democrático.
¡Fuera bichos!