¿A vosotros no os resulta un poco fuera de lugar que, a estas alturas de la película, los políticos pierdan el tiempo hablando de cosas como “comunismo” frente a “fascismo”? ¿Esas cosas no deberían haber quedado para los libros de la asignatura de Historia?

Pues quienes seáis de Madrid, y seguramente quienes no también, estaréis observando que la campaña electoral de las elecciones que se celebran el 4 de mayo en esta comunidad autónoma se está poniendo, cuando menos, un pelín tensa. Y se está hablando más de esto que de otra cosa.

El colmo de los colmos fue el debate que hubo el otro día en la radio, en la Cadena Ser,  en el que después de un cruce de insultos y acusaciones, una candidata acabó diciéndole a otro candidato que se largara. El otro cogió y se largó. Y se lío buena.

¿Creéis que está bien todo esto? ¿Es lógico que los políticos de hoy, en pleno siglo XXI, sigan recurriendo a términos como “comunismo” o “fascismo”, que son más de otro época que de esta? ¿Es que no hemos avanzado nada en todos estos años? ¿Es normal que se dediquen a acusarse los unos a los otros de que unos no respetan la libertad y de que otros no respetan la democracia? Valores como libertad y democracia, ¿no debería estar asumidos por todos nuestros políticos ya de una santa vez?

En En plan noticias pensábamos que sí, que esos valores ya estaban bien asumiditos por todos. Pero vemos que no, que somos un poco tontorrones y nos creíamos que sí, pero resulta que no.

Que los políticos lleguen a los debates de las campañas electorales como si fueran aficionados ultras de un equipo de fútbol, dispuestos a echarse en cara de todo de forma chusca y grosera, es muy preocupante, y no dice nada bueno de la salud de nuestra democracia.

Porque pueden pasar dos cosas: que no les importe mentir y acusar a los otros de que no respetan esos valores… O lo que es peor: que en realidad no los respeten.

Con esa insistencia en insultarse e insultarse, al final resulta que de lo que menos se habla en las campañas electorales es de las cosas que realmente interesan a los ciudadanos: si van a poder encontrar trabajo o mantener el que tienen, si vamos a salir ya de una vez  y cómo de esta crisis sanitaria causada por el bichito de las narices, si nuestros colegios  va a tener medios suficientes, si quienes están desprotegidos van a dejar de estarlo, si  quienes ya viven bien van a poder seguir haciéndolo y si quienes viven mal van a poder vivir de manera digna de una vez. Por ejemplo.

Pero eso parece que nos les importa demasiado a nuestros políticos. Aunque haya, como en todo, excepciones, claro. Parece que lo que buscan en general es  extremar las posiciones, ponerse verdes en los debates y salir diciendo: qué tío o qué tía soy, que he dejado a los demás en ridículo y los he puesto a caldo, jeje.

El ridículo lo están haciendo más bien ellos. ¿no creéis?

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