¿Sabéis que es Myanmar? No, no es “Myanmar… vacaciones todo el año” o “Myanmar… ciudad de vacaciones”, ni nada parecido. El nombrecito es difícil de recordar, pero se trata de un país de Asia del que a lo mejor habéis oído hablar estos días porque allí ha habido un Golpe de Estado y los militares han asaltado el poder.
Lo más seguro es que lo hayáis visto en las redes sociales, porque circula por ahí un curioso vídeo de una profesora de gimnasia dando una clase virtual de aeróbic mientras pasan por detrás los militares que llegan al Parlamento de Myanmar para dar el Golpe de Estado. ¡Cómo si fuera la cosa más normal de mundo! Podéis ver el vídeo aquí.
Y es que todo es muy raro en este país. Para empezar, seguro que fue el que todos fallasteis en el examen de geografía: ¿Capital de Myanmar? ¡Naipyidó! ¡Como para acordarse!
El país antes se llamaba Birmania, y su capital era otra, Rangún, pero a alguien se le ocurrió que era demasiado fácil y que había que complicar un poquito el examen de geografía. ¡Y la lio parda!
La situación política del país este como queráis llamarlo ha sido siempre complicadilla. Ya decimos que todo es muy rarito aquí. Los militares, que parece que van a volver a gobernar ahora, ya han gobernado muchos años en Myanmar.
Parecía que todo iba a ir mejor cuando llegó al poder una mujer que era nada menos que Premio Nobel de la Paz, y que se llama -¡atención!- Aung San Suu Kyi. Debe ser que hasta a ellos les cuesta pronunciar el nombrecito, y le llaman La Dama, que es mucho más fácil, dónde va a parar. Pero la cosa se ha vuelto a torcer y ahora mismo parece que La Dama está en su casita, arrestada por los militares.
Para terminar de complicar el tema de los nombrecitos aquí en Myanmar, vamos a finalizar hablando de… ¡los Rohingyas! Se trata de una minoría de origen musulmán que siempre ha sido perseguida y maltratada en el país y por los que La Dama, pese a su condición de Nobel de la Paz, parece que tampoco ha hecho mucho.
En fin, un lío. Menos mal que en Myanmar se lo toman todo con… ritmo aeróbico. ¡Qué país!