Habréis oído todos que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, al que seguro que conoceréis, deja de ser ministro. Se trataba del principal responsable de la gestión de esta crisis tan grave que estamos pasando con el dichoso coronavirus, más conocido como “el bicho”. ¿Y por qué se va el ministro ahora, cuando la situación es tan mala y se le necesita más que nunca? ¿Se puede largar un ministro así como así, en plena tercera ola de la pandemia? ¿Es bueno o es malo que se cambie un ministro en una situación tan complicada como esta? ¿Cómo se elige un nuevo ministro? ¿Se despedirá del bicho antes de irse? En este artículo intentaremos dar respuesta a todas esas preguntas. Menos a la última, que es una tontería.
El ministro se va, renuncia a segur siendo ministro, porque va a ser el candidato de su partido a las elecciones que se van a celebrar en Cataluña dentro de poco. ¡El ministro quiere ser ahora presidente de Cataluña!
Sus enemigos políticos, es decir, los de otros partidos, no han tardado en criticarle diciéndole que muy mal, señor ministro, que usted no puede largarse ahora y dejarnos aquí con el bicho, que además está rabioso como nunca.
Tal vez no les falte razón, porque no parece el momento más apropiado para largarse. Pero es que, claro, las elecciones en Cataluña son el 14 de febrero, y en nada empieza la campaña electoral.. Si es que se celebran, porque tampoco se sabe, con la pandemia.
Y sus amigos políticos, es decir, los de su partido, dice que muy bien, señor ministro, que es una buena oportunidad porque se ha convertido usted en una personaje muy requeteconocido y eso le puede facilitar un buen resultado en las elecciones catalana y que podamos echar a los partidos independentistas del poder.
¿Ha sido un buen o un mal ministro Illa? Lo que es cierto es que su sobreexposición, que se le haya visto tanto, favorece que todo el mundo opine al respecto. Seguro que si nos preguntaran que qué tal lo está haciendo la ministra de Política Territorial y Función Pública responderíamos que… ¿y esa quién demonios es?
Pero al ministro de Sanidad lo conocemos todos y todos opinamos sobre él. Además de sobre su gestión, sobre si nos cae mejor o peor o es más o menos simpático. El caso es opinar. Quizás, junto con Fernando Simón, haya sido el personaje que más ha salido en la tele el último año. Bueno, ellos dos y el bicho.
Habrá opiniones para todos los gustos. Habrá quien piense que ha sido un desastre, con lo mal que nos va con el bicho. Y habrá quien opine que bastante ha hecho el pobre con la que está cayendo con el bicho. Pobre el ministro, no el bicho. Al bicho que le den.
La decisión de cambiar a un ministro la puede tomar el presidente del Gobierno cuando quiera. Se supone que el ministro se lo ha pedido, al presi le ha parecido bien, y punto. Así que adiós muy buenas.
Ya tenemos también nueva ministra de Sanidad, que se llama Carolina Darias y que ya era antes ministra, aunque de otra cosa. Precisamente de lo que decíamos antes, de Política Territorial y Función Pública.
¡Adiós señor ministro! Nos queda solo saber si Salvador Illa se despedirá del bicho, y si lo hará sobre una tabla de surf, con un bañador de palmeritas y con el flequillo al viento, subido a la “tercera ola” de la pandemia.
.