“Dibujé una puerta violeta en la pared, y al entrar me liberé…” Seguro que tod@s conocéis la canción “La puerta violeta” de Rozalén. Es chula, ¿no? Pero a lo mejor no habéis pensado nunca en qué dice su letra, en qué historia nos cuenta. ¿Quién es el monstruo gris de la cocina que lo rompe todo y que no para de gritar? ¿De quién es la mano en el cuello que con sutileza impide respirar? ¿Adónde conduce la puerta violeta?
El 25 de noviembre se celebra en todo el mundo el Día Internacional contra la Violencia de Género. Y sí, de eso va la canción de Rozalén: de violencia de género.
“La puerta violeta”, compuesta por Rozalén en 2017, se han convertido en un himno en contra de la violencia de género. Su letra reivindica la libertad que toda mujer debería tener, reniega de la absurda e inmerecida culpa que a muchas mujeres les aprieta y no les deja andar y abre, sobre todo, una puerta a la esperanza al mismo tiempo que se le da un merecido portazo a la violencia machista.
¿Sabéis por qué se eligió esta fecha para celebrar este día? Se trata del día en que murieron tres hermanas de la República Dominicana, conocidas como “las mariposas”, que se enfrentaron al dictador que entonces gobernaba ese país, y que fueron por ello asesinadas.
Las “mariposas” se convirtieron en todo un símbolo latinoamericano en la lucha contra la opresión y contra la violencia de género, y posteriormente se decidió establecer la fecha de su muerte, el 25 de noviembre, como día representativo de la lucha de las mujeres contra la violencia de género.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) estima que alrededor del 35 por ciento de las mujeres de todo el mundo han sufrido violencia física o sexual en algún momento de sus vidas, y que 137 mujeres son asesinadas cada día en el mundo a manos de alguien de su propia familia.
Hoy es obligado, si no te la sabes entera, al menos tararear un poco la canción de Rozalén: “…Pero dibujé….” Y darle así un sonoro portazo a la violencia de género.