¡Venga!, que nos vamos al Museo del Prado. Allí hay estos días una exposición interesantísima a la que han puesto un nombre un poco largo: “Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (1833-1931)”. Nosotros nos vamos a tomar confianzas y la vamos a llamar solo “Invitadas”. Que así es más fácil.

Sí, vale, a lo mejor por el título, y por los años que aparecen en él, así de entrada no os llama demasiado la atención. Pero en En plan noticias os aseguramos que es muy pero que muy interesante.

El precio de una madre, a mejorar la raza, de Marceliano Santa María Sedano

¿Por qué? Porque además de mostrar obras de arte, que es lo que hacen normalmente las exposiciones, nos hace reflexionar sobre el papel de las mujeres en el arte y en la sociedad durante los siglos XIX y principios del XX en España.

Y también y como consecuencia, sobre el papel de los hombres, por lo mal que ellas eran tratadas por ellos. Vamos, lo que comúnmente se conoce como machismo.

¿Que os queda muy lejos la época y todo eso? ¿Que no os dice nada eso del machismo? ¿Seguro? Puede que sí, pero puede que después de haberla visto empecéis a pensar que bueno, que a lo mejor hay cosas que pasaban entonces y que todavía hoy siguen pasando y que no están nada bien. Pues ahí es donde está el verdadero interés de esta exposición.

Una primera reflexión que se nos ocurre es que, aunque en los cuadros de la exposición aparezcan muchas mujeres, estas casi nunca están en lugares en los que les hubiera gustado estar por voluntad propia. Por eso, los responsables de la exposición dicen que son “invitadas incómodas”.

La bestia humana, de Antonio Fillol

En la exposición, obras realizadas por hombres reflejan ese papel no deseado de la mujer, que asume, casi por obligación, los mandatos que recibían desde niñas para cumplir con el papel que les reservaba la sociedad de entonces: el cuidado de los hijos y del hogar o el de ser modelo de belleza para el placer masculino.

La exposición muestra también obras realizadas por mujeres. Porque, a pesar de todas las dificultades con las que se encontraban, las mujeres artistas también existieron en aquella época. Y aunque fueron ignoradas por el sistema y fueron también “invitadas incómodas” a un mundo, el artístico, dominado por hombres, realizaron obras de mérito que ahora se exhiben como merecen.

Aprenderemos también cosas como qué era, por ejemplo, una “ama de leche”, un oficio que, por muy increíble que nos parezca, existía en España en aquellos tiempos. Se trataba de mujeres sin recursos que, para poder subsistir, además de haber tenido que amamantar y cuidar a sus propios hijos, cuidaban y amamantaban también a los hijos de otras familias adineradas, a cambio de un dinero (Imagen segunda) .

O que se conocían con el nombre de falenas, (un tipo de mariposas), a mujeres de que se ofrecían como acompañantes a hombres en locales elegantes para gentes de “buena reputación” (Imagen primera)

El consejo del padre, de Plácido Francés y Pascual

Y veremos también casos de mujeres que se veían forzadas a prostituirse (Imagen tercera), padres adoctrinando a sus hijas sobre el papel sumiso que deberán asumir de mayores (Imagen cuarta) y escenas que reflejaban los frecuentes abusos a menores y desprecios hacia las mujeres.

Podéis visitar la exposición en el Museo del Prado hasta marzo del año que viene. Muy recomendable para mujeres, hombres y… viceversa.

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