Con este lío de la pandemia, muchas empresas han tenido que optar por el teletrabajo. Es decir, por mandar a sus empleados a casita a que trabajen desde allí, utilizando medios informáticos, para no contagiarse del bicho. Y es algo que ya se quiere seguir haciendo. Pero como el teletrabajo es bastante nuevo en España, el Gobierno ha hecho una Ley para establecer normas y que cada cual – la empresa por un lado, y los trabajadores por el otro – sepan cuáles son sus derechos y cuáles son sus obligaciones.

El teletrabajo puede tener muchas ventajas no ya solo para el trabajador y para la empresa, que ahorrarán gastos, sino para la sociedad en general. Porque cogeremos menos el coche, contaminaremos menos, no saturaremos tanto el transporte público, estaremos más con la familia, etc. Y, sobre todo ahora, nos protegeremos más del coronavirus.

Pero como es algo que no se había hecho antes en casi ningún sitio y no había normas, el teletrabajo que se ha implantado durante la pandemia ha sido un poco caos.

Ha habido empresas que se han creído que como el trabajador estaba en su casa y con el ordenador y el móvil siempre a mano, podían escribirle o llamarle a cualquier hora del día para que solucionara un problemilla de inmediato. Incluso durante la cena o, lo que es peor, mientras estaba en el baño haciendo… lo que estuviera haciendo.

Y ha habido también trabajadores que, aprovechando que estaban en casita y que el jefe no los veía, confundían el teletrabajo con… trabajar mientras veían la tele.

Y ni una cosa ni la otra. La Ley lo que pretende es precisamente evitar comportamientos de este tipo estableciendo normas.

Por ejemplo: ¿puede la empresa obligar al trabajador a teletrabajar? Pues la Ley dice que no, que el teletrabajo es voluntario. Que empresa y trabajador deben llegar a un acuerdo.

La empresa debe asumir los gastos de los equipos y herramientas que el trabajador necesite. Pero los que necesite de verdad. No vale pasarle a la empresa los gastos del pijama porque ahora se use más.

Los trabajadores que teletrabajan tienen los mismos derechos que los que lo hacen en la oficina, entre otros el derecho a la desconexión. Es decir, que si tu horario ha terminado y te suena el teléfono… ya puede sonar y sonar, que tú no lo coges si no quieres.

Y la empresa también tiene sus derechos, como el de controlar que el trabajador cumpla con su trabajo y su horario. ¿Cómo? Bueno, eso todavía no está tan claro. Pero si estás en casa teletrabajando (o teleestudiando, que es muy parecido) y te encuentras con un señor bajito, con gafas oscuras y bigote, escondido debajo de tu mesa… ¡tal vez te estén vigilando! Así que, por si acaso, ¡cumple con tus obligaciones!

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