¿Os acordáis de Juan Carlos I, nuestro Rey emérito? Os recordamos que es un rey que ya no reina, pero que sigue teniendo su título, y que es padre del actual Rey, Felipe VI. Le habíamos dejado, en la primera parte de este cuento, siendo investigado por la justicia debido a algunos asuntillos turbios que ya os contamos entonces. Y parecía que al final, el monarca nos había salido… un poco rana.
Pues ahora resulta que Juan Carlos se ha largado de España, se supone que a otro país muy muy lejano. Parece que a la República Dominicana, pero no se sabe con certeza.
¿Dónde estará el Rey? ¿Por qué se ha largado? ¿Huye de algo nuestro Rey emérito? No lo sabemos muy bien, pero el caso es que ha escrito una carta a su hijo y le ha dicho que hasta luego, Mari Carmen. Bueno, en realidad le ha dicho hasta luego, Felipe.
En esta carta, Juan Carlos le dice a su hijo Felipe que se larga de España debido a “la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada”. O lo que viene a ser lo mismo, por “el lío que se ha montado con mis asuntillos”.
Según lo narrado hasta ahora, y como sucede en casi todos los cuentos de reyes, aquí puede haber dos finales: uno bueno y otro malo.
El malo dice que el Rey emérito en realidad se larga de España porque van detrás de él los jueces a caballo corre que te corre, o a galope, para meterlo en la cárcel. Y que en la República Dominicana, o donde quiera que esté, no le van a encontrar, camuflado tras el bañador, las chanclas y piña colada en mano.
El bueno, en cambio, dice que el Rey emérito hace el esfuerzo de ponerse el bañador, las chanclas y tomarse la piña colada, que ya es esfuerzo sobrehumano, porque no quiere que sus asuntillos salpiquen a su hijo y a la institución que representa. Es decir, a la Monarquía.
Que cada cual elija el final que prefiera para este cuento, porque nos da la sensación de que la verdad verdadera nunca la sabremos. Y que el cuento del Rey emérito, en realidad… ¡todavía no ha terminado!
