A Toño, un cachalote de unos 15 metros de largo y unas 50 toneladas de peso, lo vieron hace unos días en aguas del Estrecho de Gibraltar moviéndose con dificultad. Se acercaron a él, lo fotografiaron y descubrieron que su cuerpo estaba cubierto por una inmensa red.

Pero Toño, suponemos que asustado, o porque no quería que lo fotografiaran en ese estado, el pobre, se sumergió y no ha vuelto a ser localizado.

Los expertos andan buscándolo, pero no es fácil localizarlo.

Toño y sus amigos, los cachalotes que habitan en el Mediterráneo, disfrutan buceando en aguas profundas. Les gustan mucho los calamares. Pero no a la plancha o a la romana. Se los zampan vivitos y coleando.

La red que no deja bucear a Toño es un sistema de pesca que se utiliza para capturar grandes peces, pero que está prohibido. Aun así, parece que sigue habiendo barcos que las utilizan y luego las pierden o las abandonan, y pueden causar enormes daños a estas especies. O se hunden y estropean los fondos marinos. Una penita.

Así que ya sabéis: si este verano estáis nadando por ahí o haciendo snorkel tan tranquilos, y por casualidad veis o alguna red de este tipo abandonada, o cualquier tipo de suciedad que estropee nuestros mares, no dudéis en denunciarlo.

Toño y sus amigos os lo agradecerán.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *