¿Qué tal te llevas tú con tus vecinos? Si se trata solo de quedar para tomar algo de vez en cuando seguro que bien. ¿Pero qué pasa si tenéis que poneros de acuerdo sobre, por ejemplo, cuánto dinero gastar para arreglar un tramo de la escalera del tercero, que está ya muy feo y cochino? ¿O mejor reparar el ascensor, que ha dejado encerrado cuatro veces ya al señor Amelio, el del 4º B? ¿O si no, la ducha de la piscina, que no cierra bien y cae siempre la gotita? Esas cosas ya son más complicadas, porque no afectan igual a todos. A unos unas cosas les preocupan más, y a otros, otras.

Por eso las reuniones de las comunidades de vecinos suelen acabar siempre a las tantas. Sin acuerdos, y con medio bloque peleado con el otro medio porque cada cual ve las cosas según le conviene.

Pues algo parecido pasa en Europa. Uno de los motivos principales por los que en su día se formó la Unión Europea fue para que los países que la forman – ahora mismo somos 27 “vecinos” -se ayuden los unos a los otros y compartan sus problemas. Para lo bueno y para lo malo. Pero no siempre se consiguen acuerdos.

En esta ocasión, y después de cuatro días de intensa discusión y de mucho bla, bla, bla… por fin, los “vecinos” de la Unión Europea sí han alcanzado un difícil acuerdo: destinar 750.000 millones de euros, un pastón, a lo que han llamado “fondo de recuperación”. Es el dinerito que se va a emplear para recuperar las economías de los países, muy dañadas después de todos los gastos que ha supuesto el coronavirus, el dichoso bichito.

La negociación ha sido dura y difícil, pero al final, a las 5:30 de la madrugada del martes, con las legañotas ya en los ojos, los políticos europeos han gritado “¡deal!” (acuerdo, en inglés).

Si volvemos a nuestra comunidad de vecinos, seguro que siempre hay algunos que quieren gastar lo mínimo en decoración porque su tramo de escalera está todavía como nueva. Hay a quien no le apetece gastarse los cuartos en arreglar el ascensor porque prefiere hacer ejercicio y subir andandito. Y habrá quienes no quieran ni oír hablar de invertir dinero en la piscina, porque son de secano.

Pues entre los “vecinos“ europeos pasa más o menos lo mismito. Hay algunos países que son más ricos que otros y necesitan menos ayudas. O han sido menos afectados por la crisis. O, simplemente, son más ahorradores y no quieren gastar ni un euro de más. Incluso hay quien piensa que es que los demás son unos derrochones y gastan demasiado.

Al final, en la Unión Europea se han aprobado las ayudas, pero lo más duro de la discusión ha sido decidir cómo se hacían. Porque hay dos manera de repartir el dinero entre los “vecinos”: subsidios y préstamos. ¿Que en qué se diferencian? Pues los primeros molan más, porque se gastan y ya está. Pero los segundos hay que devolverlos con el tiempo.

Al final, del total del dinerito aprobado, que son 750.000 millones, 390.000 millones serán subsidios y 360.000 millones, préstamos. A los subsidios también se les llama dinerito “a fondo perdido”. Porque se pierden por ahí por el fondo de la escalera de la comunidad… y no se supo nunca más.

A España le tocarán 140.000 millones. 72.700 millones en subsidios y 67.300 en préstamos.

Nuestro presidente dice que está contento. Y en general, el resto de vecinos europeos, parece que también. ¡Así que venga… a arreglar la ducha de la piscina!

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