Hoy vamos a hablar de la Bolsa. Pero no de una bolsa cualquiera, de esas de plástico o papel. De la Bolsa de Valores. Se trata de uno de los elementos principales de la economía de un país y de su sistema financiero. Para explicarnos en qué consiste y qué ha pasado estos días con la Bolsa, que se ha visto muy afectada por el coronavirus y ha pasado por el peor semestre de su historia reciente, contamos con la inestimable colaboración de nuestro compañero Serafín Anciero que, como su propio nombre indica, es experto financiero.
– Hola Serafín, Dibújanos un panorama de cómo es la Bolsa, para que nos hagamos una idea.
– ¡Claro! Imaginemos que estamos en un mercado. Porque la Bolsa es eso: un mercado. Y como en todo mercado, hay vendedores y compradores.
– ¿Y se compra y se vende lo mismo que en los mercados de toda la vida?
– No exactamente. En los mercadillos tradicionales, los vendedores son los dueños de los puestecillos: el señor Manolo, el de la fruta; la Pauli, la del pescao; Tomás el carnicero…. Y los compradores somos los clientes, que acudimos al mercado para llenar nuestras neveras.
– ¿Y en el mercado de la Bolsa?
– En la Bolsa, en cambio, los vendedores son las empresas. Y los compradores son los inversores. Pero estos vendedores no venden ni pescao, ni carne, ni fruta, ni verdura, ni leches… Venden acciones.
– Ya te estarás imaginando mi próxima pregunta, ¿verdad Serafín?
– ¡Claro! Que a cuanto está el kilo de tomates, ¿no?
– ¡No! Que qué son las acciones.
– ¡Ah! Imagina que una empresa quiere hacerse mucho más grande, comprar nuevos locales, contratar a más trabajadores… Pero claro, no tiene bastante dinerito. ¿Qué hace?
– Jorobarse y quedarse como está, ¿no?
– No necesariamente. Puede crear acciones y venderlas a pequeños inversores. Las acciones son como un titulito en el que dice que Fulanito de Tal, el comprador, tiene una pequeña parte de la empresa. La empresa se beneficia porque recibe dinero del comprador y se hace más poderosa. Y el comprador se beneficia también porque con su inversión puede obtener dinero del que gane la empresa. ¡Y todos tan contentos!
– ¡Qué divertido!
– Bueno, la cosa se puede complicar todavía un poco. Porque los propietarios de las acciones también acuden al mercado…
– ¡Claro! A gastarse lo que han ganado en tomates…
– ¡No! Al mercado de la Bolsa. A vender sus acciones o a comprar otras acciones de otros inversores. Y así se van comprando y vendiendo acciones los unos a los otros como locos.
– ¿Y qué se busca con todo ello?
– Pues ganar dinerito. Porque las acciones lo que tienen es que van cambiando de valor dependiendo de la buena o mala situación de las empresas.
– Lo voy pillando. Y cuando las empresas van mal, como ha pasado ahora por culpa del parón de la economía por el coronavirus…
– La acciones pierden valor. Y ya no es todo tan divertido.
– Ya.
– Y ahora, si ya ha quedado todo bien clarito, yo me marcho corre que te corre al mercado.
– ¿A vender tus acciones, Serafín?
– ¡No! A comprar tomates, que están en oferta. ¡A 1,80 el kilo!

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