Hoy hablamos de un famoso inventor sueco del que seguro que sabes algo por los premios que llevan su nombre y que se acaban de conceder. No se trata de un tal Óscar, el de Hollywood. Ni de Goya, el pintor. Tampoco de El Gordo de la Lotería. Hablamos de Alfred Nobel, inventor de la dinamita. Ese explosivo que a poquito que te descuides hace ¡pum! y mata. Y entonces… ¿por qué lleva su nombre el premio de la paz más prestigioso del mundo? Que nadie se alarme por la incongruencia, que tiene su explicación.

En 1896 falleció el ingeniero y químico sueco Alfred Nobel. El hombre, que como decimos había inventado la dinamita, andaba al parecer poco antes de morir con cargo de conciencia por haber creado un artilugio que hacía mucha pupa.

Total, que ello le llevó a cambiar su testamento para que el 94 por ciento de su fortuna, que no debía de estar nada mal, fuera destinada a la creación de unos premios, los Premios Nobel. El más importante es el Premio Nobel de la Paz, pero se entregan también los Nobel de Física, Química, Medicina, Literatura y Economía.

Se trata de reconocer la labor de personas que hayan hecho algo muy importante para el mundo en diferentes ámbitos y disciplinas. Por eso no hay, al menos de momento, Nobel de Fútbol ni Nobel de Series de la Tele.

De todos los Nobel, el más importante sin duda es el Nobel de la Paz. Curiosamente, es el único que no se entrega en Suecia, sino en Noruega. Así lo quiso el señor Nobel, ya que por entonces Suecia y Noruega estaban unidas.

Este año el Nobel de la Paz ha sido para el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, por conseguir la paz con Eritrea, su país vecino, con el que estaban peleados hace un montón de tiempo. A sus 43 años, es el mandatario más joven de toda África.

Pero la persona más joven que ha recibido un Nobel de la Paz es la paquistaní Malala Yousafzai, que lo recibió con 17 añitos en el año 2014. Malala, que escribía un blog en el que defendía el derecho de las niñas a estudiar, fue tiroteada en la cabeza con solo 15 años y estuvo a punto de morir.

En su biografía “Yo soy Malala” cuenta cómo su vida cambió cuando el régimen talibán invadió la zona en la que vivía y establecieron un régimen opresor hacia las mujeres. No se les estaba permitido ir a la escuela ni salir de sus casas si no iban cubiertas por completo.

Malala no era fácil de domar, y ello casi le lleva a muerte. Pero hoy es todo un símbolo de la lucha por la libertad y la paz en el mundo.


Régimen talibán: Movimiento ultraconservador del islam tanto en lo religioso como en lo político, que establece leyes muy severas para impedir la educación de la mujer y ha participado en diferentes guerras y atentados terroristas.

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