Si durante el último mes has hecho click, ¡como debe ser!, en un montón de artículos de este periódico, seguro que ahora cada vez que entras a internet te sale un montón de publicidad de “en plan esto…”, “en plan lo otro…” Bueno, es broma, no somos tan influyentes, pero es un buen ejemplo del poder de eso que cada vez está cobrando más y más importancia y que los expertos llaman Big Data. ¿Sabes lo que es?
Se dice que hoy el verdadero poder está en los datos. Que poseer y poder manejar gran cantidad de datos es más importante que tener mucha pasta. El Big Data es eso: aplicar algoritmos matemáticos – sí, has leído bien, hemos dicho “algoritmos matemáticos, ¿qué pasa? – a una gran cantidad de datos con el objetivo de obtener información que pueda ser utilizada para determinados fines. ¿Buenos o malos?
En principio, el Big Data debería estar pensado para hacernos a todos la vida más fácil. Necesitamos información de compras, de transportes, de alojamiento, de con quién tiene un lío nuestro actor favorito… de lo que sea, y gracias al Big Data la obtenemos al instante.
Pero el Big Data tiene también su “lado oscuro”, y los casos están a la orden del día: propagación de fake news, utilización de información personal y privada para fines ilícitos, espionaje entre empresas, países o personas, publicidad mal intencionada…
Un ejemplo muy claro de la doble cara del Big Data está en una de sus principales aplicaciones: la sanidad. Un buen uso del Big Data permitiría que, si nos da un patatús estando perdidos de vacaciones en un pueblito de la China, nuestros datos médicos estuvieran disponibles en cualquier hospital en el que tuviéramos que “sel atendidos de ulgencia”.
Pero un mal uso de la información también permitiría, por ejemplo, que si nos están probando para jugar en el Real Madrid, el Barcelona o incluso en el Sporting de Villarobledo, y de pequeños hemos sido de mal comer, delicadillos de salud y lo que viene siendo flojos de espíritu, antes de tocar el balón los listos de los entrenadores nos digan: “mejor dedícate a las chapas, guapito”. Y se pierda así injustamente, ¡qué pena!, una futura estrella del balón.
Lo último de lo último es el reconocimiento facial que, aunque pueda parecer una cosa muy chula, también permite un control absoluto sobre los datos de una persona. No lo olvides: la contraseña para acceder al móvil la puedes cambiar y punto. Tu careto, por muy fe@ o muy guap@ que seas, es para siempre.
¿Consejos? Sí, ser conscientes de los peligros de un mal uso de internet y de las consecuencias de proporcionar datos a todo bicho viviente. Conviene tener presente que aunque todos tengamos posibilidad de utilizar la red, y eso está muy bien, al final nuestros datos se ponen en manos de unos pocos, que son las cuatro grandes empresas que dominan el cotarro – no hace falta nombrarlas – , y que pueden hacer con ellos lo que les venga en gana.
Y todo, por culpa de los dichosos algoritmos.
Algoritmo matemático: conjunto de instrucciones, reglas u operaciones que permite llegar a una solución o resolución de un problema.
Fake news: noticias falsas que, por lo general, utilizan la red de internet para su distribución y que tratan de desinformar y confundir.